Tengo este chaleco de cuero negro que uso cuando monto en mi motocicleta. Está desgastado por la lluvia, el sudor, el protector solar y los restos de unas cuantas docenas de insectos.
Cuando lo llevo puesto, me siento como un tipo duro.
Pero mucho mejor que eso, me siento como un hombre de verdad porque un parche en ese chaleco dice: “Los hombres de verdad aman a Jesús”.
Hombres, serán los mejores padres, figuras paternas, esposos, líderes espirituales masculinos, dueños de negocios o machos alfa en la habitación cuando actúen no como si fueran los reyes de la colina, sino como realmente son. Hijos del Rey.
Jesús dice: “Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño pequeño, no entrará en él” (Marcos 10:15).
No dejes que la madurez te haga perder la confianza inocente de un niño que cree en Dios, aunque no sea lógico ni resuelto analíticamente.
Abandona tu autosuficiencia dura como el cuero y permite que la muerte de Jesús sea tu vida. Que las promesas aparentemente tontas e imposibles de Jesús sean tu realidad segura. Que las altas expectativas de Jesús sean tu propósito. Que la debilidad de Jesús sea tu fortaleza. Que las palabras de Jesús sean tu verdad. Que la cruz de Jesús que lo hizo nada sea tu todo.
Así es como ser un hombre. Sé un niño. Confía en todo lo que Jesús dice. Síguelo a dondequiera que te lleve. Canta “Jesús me ama” y créelo de verdad.