Durante la escuela secundaria, pasé por un tiempo de dudas. No creo que me hubiera considerado ateo, pero tenía preguntas:

¿Es el cristianismo verdadero? ¿Soy cristiano solo porque mis padres son cristianos? ¿Todo esto fue inventado?

La mayoría de los jóvenes pasan por esta fase. Desafortunadamente, muchos no tienen un mentor que les ayude a navegar por estas aguas traicioneras.

Afortunadamente, tuve un maestro llamado Pastor Hintz que respondió a mis dudas con pruebas. Dirigió nuestra atención en clase hacia la Pascua y la resurrección de Jesús. Si él pudiera demostrarnos que Jesús realmente resucitó de entre los muertos, ¿no significaría eso que todo lo demás acerca de Jesús y las Escrituras también es verdadero?

Nos proporcionó varias pruebas para la Pascua. Pero para mí, el argumento lógico fue que los seguidores más cercanos de Jesús murieron por su fe. Él dijo: “Todos los apóstoles murieron testificando que vieron a Jesús vivo”. Luego dijo: “Algunas personas podrían morir por lo que esperan que sea verdad, pero nadie morirá por lo que saben que es una mentira”.

Explicó cómo algunas personas a veces sacrifican sus vidas por causas y creencias en las que creen. Un policía, un soldado o incluso un terrorista suicida podrían estar dispuestos a dar su vida por lo que esperan que sea verdad. Pero nadie estaría dispuesto a dar su vida si supiera que está muriendo por una mentira.

La mayoría de los apóstoles murieron a manos de diferentes opresores en diferentes lugares. Tomás fue martirizado en la India. Pedro y Pablo en Roma. Mateo en Etiopía, etc. Pero tenían algo en común: estaban dispuestos a sacrificar sus vidas por lo que vieron con sus propios ojos. Nadie pudo convencerlos de lo contrario.

Los discípulos no siempre fueron tan valientes. De hecho, cuando Jesús fue arrestado, todos huyeron. Cuando una criada le preguntó a Pedro sobre su conexión con Jesús, lo negó vehementemente. Antes de la primera Pascua, los discípulos de Jesús eran cobardes. Pero después de ver y tocar el glorioso y renovado cuerpo de Jesús, fueron imparables.

Esa idea me llevó a buscar la verdad de la Palabra de Dios por mí mismo. Y a través de esa Palabra, el Espíritu Santo fortaleció la fe en mi corazón.

Tal vez tú o alguien que conoces está empezando a cuestionar su fe como lo hice yo. Tómate un momento para considerar el testimonio de los mártires. No habrían muerto si no hubieran visto a Jesús vivo. Y si él está vivo, entonces también lo está todo lo demás relacionado con él.